Decidí que era tiempo de escribir, algo por que enfocar mi vida en estos momentos de preocupación. Plasmaré lo poco que recuerdo con la esperanza de no perder ningún detalle y averiguar que estoy haciendo aquí.
Primero diré que me llamo Lizbeth y si, vivo en una especie de pesadilla de la que no puedo despertar, deseaba cumplir mis planes, como todo adolescente pero no contaba con que ese día cambiaría todo en mi vida...
Primero diré que me llamo Lizbeth y si, vivo en una especie de pesadilla de la que no puedo despertar, deseaba cumplir mis planes, como todo adolescente pero no contaba con que ese día cambiaría todo en mi vida...
Todo había transcurrido de manera normal. Las clases eran las que más me aburrían, mientras los profesores trataban de aportar algo a nuestras mentes adolescentes.
Estaba tan absorta en mis pensamientos y en el dibujo que estaba haciendo que no me di cuenta de la hora hasta que escuché la voz de uno de mis compañeros de los que no recordaba su nombre.
Estaba tan absorta en mis pensamientos y en el dibujo que estaba haciendo que no me di cuenta de la hora hasta que escuché la voz de uno de mis compañeros de los que no recordaba su nombre.
-¿Estás bien Beth?-preguntó él acuclillándose frente a mi mientras clavaba sus ojos castaños en los míos.
-¿Eh? ¿Qué pasó?-respondí parpadeando e incorporándome en el asiento.
-Ya terminaron las clases no escuchaste a…-me avisó mientras bajaba la vista hacia mi libreta, agregando con tono burlón-Parece que te regresé al mundo real…pero dibujas bien…
Sentí como me sonrojaba mientras desviaba la mirada y guardé mi libreta. Me despedí de él algo apenada y me dirigí hacia mi refugio favorito en aquel tiempo: La biblioteca, era momento de buscar algo con que divertirme el fin de semana y que mejor compañía que algún libro. Venía pensando en que podría leer cuando sentí algo en el bolsillo de mi pantalón, seguramente era un mensaje así que saqué mi celular y leí en la pantalla:
“¿Dónde estás hermanita? Fui a tu salón y no había nadie…Nos vemos en los LACE, debemos organizarnos para el cumpleaños de Atenas…”
Me detuve en seco frente a las ventanillas, había olvidado que pronto sería el cumpleaños de Atenas, además debíamos decidir que pastel compraríamos y a donde lo celebraríamos, desvié mi ruta para encontrarme con Fernanda, mi hermana postiza. La encontré sentada en las escaleras inmediatas al pequeño auditorio LACE y al verme se incorporó y se cruzó de brazos.
-¡¡BETH!!-me regañó frunciendo el ceño-¡¡Habíamos quedado de vernos en tu salón!!
-Si hermanita pero… decidí ir a buscar un libro y luego regresar por ti-mentí para salvarme de que me reclamara aún más.
Me senté a su lado y comenzamos a planear como sorprenderíamos a nuestra amiga además de que haríamos para entretenerla y llevarla al lugar en donde sería su fiesta.
Después de media hora terminamos de organizarnos cuando escuchamos gritos que parecían de protesta por parte de los alumnos y nos dirigimos hacia un grupo de personas en el pasillo central.
-¿Qué ocurre?-les preguntó Fernanda mientras yo dirigía mi mirada hacia la entrada, frente a la cual estaba una multitud encolerizada.
-Cerraron la prepa… ¡¡pero lo peor es que no nos dicen porque!!-nos informó una chica haciéndome voltear a verla asustada.
-Pero… ¡¡porque con nosotros dentro!!-me quejé frunciendo el ceño-Debía llegar temprano a mi casa…
-Yo iba a ver una película con mis padres pero cuando les pregunté a los que custodiaban la entrada me dijeron que tal vez la abrían el domingo…-me informó Alan que se había acercado después de picarme las costillas.
El domingo… sólo eso me faltaba, que me arruinaran mi fin de semana perfecto. Lo que me comenzó a preocupar era ¿Por qué cerraron la prepa y no nos informaron la razón? ¿Qué sería tan malo como para causar tanto alboroto?
Debía avisarles a mis padres así que me dirigí nuevamente a los LACE y sentándome en una de las bancas mas cercanas saqué mi celular y marqué el numero de mi padre…
-Demonios…-murmuré cerrando el celular de golpe-No hay señal…
-Cálmate… o me pondrás peor…-me advirtió mientras sacaba los audífonos de su celular-Escuchemos música para calmarnos, más tarde seguiremos preguntando que pasó aquí.
Todo esto era muy extraño, más aún cuando nos dijeron que debíamos buscar donde dormir. Me sentía preocupada por mi familia y más aún por quedarme en un sitio que no era muy cómodo con personas a las que casi no conocía.
Encontramos a nuestros amigos entrando a un salón de ciencias, el H-103 así que dejé mi mochila a su cuidado y me dirigí hacia la entrada para ver si encontraba más información.
Muchos de los que serían mis compañeros de “prisión” seguían platicando en las jardineras con los rostros serios, tratando de tranquilizarse con sus amigos. No le di tanta importancia y traté de encontrar algún rostro familiar.